El laboratorio clínico es fundamental en la primera etapa del manejo de la pandemia de COVID-19, relacionada directamente con el diagnóstico y la vigilancia epidemiológica, mediante la detección oportuna y precisa del virus SARS-CoV-2, adicionalmente el estudio de diversos marcadores de laboratorio de riesgo y pronóstico en estos pacientes, ha permitido mejorar la toma de decisiones clínicas y el manejo de acuerdo a la severidad de la enfermedad, aportando también información en la búsqueda de distintas estrategias farmacológicas.
Pablo Letelier A.1, Neftalí Guzmán O.1.
1 Precision Health Research Laboratory, Departamento de Procesos Diagnósticos y Evaluación, Facultad Ciencias de la Salud, Universidad Católica de Temuco.
Durante la pandemia por SARS-CoV-2, el laboratorio clínico ha cumplido un rol preponderante desde el punto de vista del diagnóstico y vigilancia epidemiológica a través de pruebas moleculares y serológicas, así como en el seguimiento en base del estudio de distintos marcadores que han permitido la caracterización según la gravedad de los pacientes con COVID-19.
Rol del laboratorio Clínico en el diagnóstico
El virus SARS-CoV-2 se identificó por primera vez mediante análisis cuantitativo de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) el 30 de diciembre de 2019 en muestras de lavado broncoalveolar de un paciente con neumonía de etiología desconocida [1]. El conocimiento previo de esta técnica y de la identificación y detección de otros virus infecciosos, especialmente SARS-CoV y MERS-CoV, facilitó el camino para el rápido y preciso diagnóstico de COVID-19, siendo el método principal de diagnóstico y que apunta entre las distintas medidas sanitaria a restringir la propagación del virus [2]. Este término (PCR) desconocido y circunscrito casi sólo al ambiente científico antes de la pandemia ha sido uno de los términos más utilizados en el último año y medio. Esta prueba de laboratorio, es una técnica de biología molecular desarrollada en 1986 por Kary Mullis, la cual permite obtener un gran número de copias de un fragmento de ADN en particular y útil para identificar virus o bacterias causantes de una enfermedad, entre otras muchas aplicaciones [3].
Actualmente el diagnóstico de COVID- 19 se realiza mediante pruebas de laboratorio donde la PCR sigue siendo la técnica estándar y de rutina para amplificar la secuencia del ARN viral por su alta sensibilidad y precisión, en pacientes con antecedentes epidemiológicos y síntomas clínicos, acompañados de exámenes radiológicos [4, 5]. A pesar del aumento del diagnóstico molecular en el sector público/privado, nadie proyecto la demanda de exámenes durante la pandemia COVID-19, conllevando a un esfuerzo máximo de la capacidad de los laboratorios ya existentes, y a una implementación rápida de nuevos laboratorios a lo largo del país.
Como los métodos de diagnóstico son una parte esencial para hacer frente a la propagación viral, se ha planteado la necesidad de también utilizar otras metodologías para detectar a individuos infectados de manera más rápida y precisa en las primeras etapas, incluso para los portadores asintomáticos de COVID-19 [2], permitiendo incluso abordar esta necesidad en los propios lugares de Asistencia al paciente (Point of Care) [2].
Un diagnóstico oportuno y confiable debe considerar el proceso diagnóstico completo, que considera la adecuada colección de la muestra, su transporte, procesamiento en condiciones óptimas y una adecuada interpretación y validación de los resultados, lo que sólo se logra en un laboratorio clínico y con el desempeño de un profesional de laboratorio como el Tecnólogo Médico. El riguroso cumplimiento de este proceso en donde cada actor es clave y fundamental, permitirá que los laboratorios clínicos realicen un correcto tamizaje, aportando al control del brote viral y permitiendo también la optimización de los recursos del entorno hospitalario de las unidades críticas de los sistemas de salud, brindando una respuesta oportuna y eficiente [6], ya que respaldan el proceso de toma de decisiones clínicas para el control de infecciones y detección de casos asintomáticos. Facilitando un rápido aislamiento y en consecuencia, una disminución de los contagios [7]. Por otro parte, ante la aparición de múltiples “test rápidos” que incluso es posible comprar por internet. A veces se malentiende que estos ensayos podrían ser realizados por cualquier persona y más aún, interpretarlo. Sin embargo, como cualquier prueba diagnóstica, los test requieren de validaciones dado las diferencias en la sensibilidad y especificidad de cada ensayo y, por tanto, la decisión de qué test comprar ya es un desafío en sí mismo.
Rol del laboratorio Clínico en el monitoreo y seguimiento de la enfermedad
El laboratorio clínico desempeña un papel esencial en el seguimiento del paciente (monitorear la evolución) y vigilancia epidemiológica mediante la determinación de marcadores [8], favoreciendo el desarrollo de herramientas de apoyo a las decisiones clínicas, entregando información relevante que permita adecuar la terapia según los cambios biológicos del individuo, ya que aunque el virus SARS-CoV-2 afecta principalmente al sistema respiratorio, su fisiopatología está involucrada en procesos fisiopatológicos e inmunológicos en múltiples órganos y sistemas, subyacentes a las manifestaciones clínicas de COVID-19 [1].
El estudio de múltiples parámetros de laboratorio que se alteran en pacientes con COVID-19, ha permitido correlacionar la gravedad de la enfermedad y el pronóstico de los pacientes. De esta manera los parámetros de laboratorio junto a otros datos demográficos y clínicos del paciente han permitido evaluar y predecir el riesgo de evolución hacia cuadros más graves como lo son el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), coagulación intravascular diseminada (CID) y falla multiorgánica (MOF) permitiendo anticipar qué personas puedan requerir procedimientos médicos avanzados, permitiendo focalizar el uso de los recursos clínicos. [9].
En particular algunos de los parámetros de laboratorio en los cuales se ha descrito relación con un curso desfavorable de la enfermedad son neutrofilia absoluta, trombocitopenia, hipoalbuminemia, elevación de enzimas hepáticas, creatinina y de marcadores inespecíficos de inflamación, como proteína C reactiva (PCR) e Interleucina- 6 (IL-6) [10]. Independiente de ello, los principales predictores de progresión descritos son la linfopenia y el incremento de dímero D e hiperferritinemia, aunque en el panel de marcadores hay que considerar LDH, CPK y troponina I [11]. Los mecanismos subyacentes y la fisiopatología de COVID-19 aún no se comprenden en su totalidad, no obstante, la evidencia de los múltiples hallazgos clínicos y de parámetros de laboratorio esperamos puedan ser útiles para el manejo del paciente y hacer frente a esta pandemia.
¿A qué problemas se enfrentan los laboratorios en esta pandemia?
En Chile se han procesado más de 14 millones de exámenes PCR, lo que nos posiciona como líderes en Latinoamérica en cantidad de test por millón de habitantes, siendo resultado de un esfuerzo conjunto del equipo de salud y de los laboratorios clínicos. No obstante, este gran esfuerzo que posiciona a nuestro país en el abordaje de esta pandemia, se traduce en este sector, como en los distintos niveles del sistema de salud, en una mayor sobrecarga de trabajo. Cientos de Tecnólogos Médicos y personal administrativo han tenido que doblar y triplicar sus esfuerzos por la alta demanda en sus servicios, donde además ha sido necesario modificar y adaptar las instalaciones para las nuevas necesidades, redireccionando los flujos de trabajo para permitir abordar la alta demanda y también asegurar la salud del personal. Con todo, en este escenario incierto y que requiere de datos biológicos concretos para enfrentarlo, el laboratorio clínico y los profesionales que se desempeñan en ellos, se constituyen en un eslabón fundamental en la lucha contra la pandemia y valoriza el trabajo, muchas veces anónimo del Tecnólogo Médico como parte del equipo de salud.
Bibliografía
9. Lippi, G. and M. Plebani, The critical role of laboratory medicine during coronavirus disease 2019 (COVID-19) and other viral outbreaks. Clinical chemistry and laboratory medicine, 2020. 58(7): p. 1063-1069.
11. Sara, F., et al., Seguimiento y tratamiento del paciente con COVID-19, 2020. p. 1-12.